“Es importante el debate sobre el Tratado de Comercio de Armas para Colombia y es necesario definir una política de armas que cuente con la participación ciudadana”, así lo dijo Álvaro Jiménez Millán, Coordinador Nacional de la CCCM. Jiménez recordó que a finales de la década de los ochenta, Colombia vivió una reactivación profunda de los grupos paramilitares, entre otros, contra la Unión Patriótica y otros dirigentes y movimientos de la izquierda de aquellos tiempos, y que parte de las armas con las que se realizaron esos atentados y asesinatos provenían de una venta de armas.

Para el Coordinador Nacional de la CCCM, la conversación que va a liderar el Congreso sobre el Tratado de Comercio de Armas en Colombia –y en la cual tendrá un papel preponderante el Senador Jimmy Chamorro- en supremamente importante, ya que esta se hace en tiempos de negociaciones de paz. Jiménez le hizo un llamado a la Cancillería de la República para que sea “más agresiva sobre el control y comercio de armas” en el país, e instó a la sociedad civil a tener en cuenta el tema de armas de fuego, si se pretende generar un cambio en la sociedad.

Por su parte, Jorge Restrepo, Director del CERAC, recalcó que en Colombia las armas, livianas o ligeras, son un factor de riesgo y no de seguridad; que se han abandonado los programas de seguridad ciudadana; que es necesario educar a la sociedad civil sobre el riesgo de las armas de fuego; que el problema y el riesgo con estas es precisamente su regulación, y que el Tratado de Comercio de Armas, pese a que su negociación fue marginal y gris, puede ser una herramienta útil en la protección de las vidas de los ciudadanos colombianos.

A manera de conclusión, Camilo Serna dijo que Colombia firma tratados internacional, pero se presentan problemas en sus ratificaciones, y agregó que el país no tiene una posición unificada sobre los controles nacionales e internacionales de armas. “Hay contradicciones importantes en Colombia sobre el manejo del Tratado de Comercio de Armas”, agregó.